domingo, 1 de febrero de 2015

Días de nieve y cielos crepusculares


Llevo un par de semanas de hibernación, como los osos. No hay mucho más para hacer con un tiempo tan intempestivo. La caca blanca se amontona, mi coche patina zigzageando a su antojo por las calles serpenteantes,me acojono.

 El Lago de Brienz tiene el dudoso honor de ser el más frío de Suiza, profundo y salvaje como pocos. Hace siete años llegué  a este lugar en verano en plan turista y me dejó alucinado por su intensísima luz, el contraste de los colores del azul turquesa del agua del Brienzersee y el verde intenso de las montañas, con las casitas de madera del pueblo impecables. Esto es Suiza amigos.






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