sábado, 12 de octubre de 2013

Ojalá

Silvio Rodríguez compuso en el 69 una canción dedicada a su primer amor, "Ojalá". Es tal vez una de las mejores canciones de desamor, o al menos de las más inspiradas. Algunos quisieron darle un significado de canción protesta, que iba dedicada al dictador Pinochet. Es la magia de las canciones y sus letras, que cada uno le da el sentido que quiere. Estas son las palabras del propio Silvio sobre esta canción;

Ojalá yo la compuse dedicada a una mujer de nombre Daniell Garcia Hermosillo, que podríamos decir fue mi primer amor. Fue un amor que tuve cuando estuve en el ejército, haciendo mi servicio militar. La conocí cuando tenía 18 años, fue mi primer amor importante en el sentido de que fue el primer amor que me enseñó cosas. Era una muchacha mucho más evolucionada que yo, mucho más inteligente, más culta. Me enseñó, por ejemplo, a César Vallejo. Después nos tuvimos que separar, estaba estudiando medicina y en fin, no le cuadró. No sé por qué estudió medicina, cosa loca de ella, en realidad siempre fue de letras. Después estudió letras, se fue a su pueblo Camagüey, a estudiar eso y yo me quedé solo aquí en la La Habana, totalmente desolado. Pasaron los años y el recuerdo de aquel amor tan bonito, tan productivo, tan útil (ojo, no confundir con utilitario), enriquecedor, de aporte a uno... pues, estaba obsesionado yo con esa idea. Y porque fue un amor frustrado, tronchado por las circunstancias, por la vida, no fue una cosa que se agotara, pues se me quedó un poco como un fantasma y por eso compuse esta canción en un momento quizás de delirio, de arrebato, de sentimiento un poco desmesurado: ojalá esto, ojalá lo otro...


No hace mucho Alejo Stivel, el cantante de Tequila, versionó el mismo tema  (pasada por la licuadora pseudo pop rock que se gasta últimamente) para usarla como protesta dirigida la canciller Angela Merkel señalándola de alguna manera como la que está dictando los pasos del destino de nuestro país. Alejo la grabó, fue a Berlín y la entregó a los guardias de la cancilleria  alemana. Cada loco con su tema.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Destrozando íconos: The Beatles


Hace tiempo, bastante tiempo que no escucho ninguno de los discos de los Beatles como los escuché hace bastantes años atrás, cuando los iba descubriendo poco a poco, tanto con sus discos oficiales, como en sus antologías, jam sessions, grabaciones de la BBC. Sin contar los discos que he escuchado de ellos en solitario, incluso de Ringo Starr. Sólo con la discografía de Mccartney (sí, ese señor que se convirtió en señora) con o sin Wings, ya te abrumas con semejante repertorio. Antes de conocer a los Beatles conocí los discos de los ochenta de Paul Mccartney. También algunos temas sueltos de Lennon. A finales de los ochenta reparé en George Harrison, el tercer miembro en discordia que plantaba cara al tándem dictatorial de Lennon & Mccartney. Pero de eso me enteré tiempo después. Nadie me había hablado de los Beatles, los fui conociendo poco a poco, atando cabos.

Tú puedes decir que te fuiste de vacaciones a Andorra, pero estos cuatro chicos pueden decir que de alguna manera han cambiado el mundo, han tenido una influencia enorme para un puñado de generaciones, por sus letras y su desparpajo, ahí es nada. Uno de los secretos de su música es que gran parte de su discografía, sobre todo sus primeros discos, se pueden tocar con tres simples acordes, ponle cuatro va.

Cuando murió George Harrison, el día que cumplía 25 años (no él, evidentemente, sino un servidor) me encontraba en pleno centro de Madrid. Me desperté del sofá, cansado por el viaje, y me encontré con la noticia de su fallecimiento. Recuerdo que me puse muy triste, me estropeó el fin de semana. Sentía que había perdido algo familiar, como a un familiar, sin ir más lejos.

Con el tiempo y la perspectiva, todo se relativiza. Me abruma un poco lo de haber idolatrado tanto a unos músicos, al fin y al cabo. Todavía sigo disfrutándolo, pero en pequeñas dosis que aprovecho y disfruto con gusto, como cuando Panorámix le ofrece a Obélix un poco de poción mágica, excepcionalmente. De eso trata toda esta parrafada. Que hace tiempo me caí en la olla de la poción mágica, y me atiborré. Pero un lingotazo de vez en cuando siempre sienta bien.
 


pd. Pocas veces he colgado un video de un tema de John Lennon en solitario. Creo que "God", va muy bien para esta entrada. Los subtítulos ayudan un poco más a entender "el concepto".

lunes, 7 de octubre de 2013

Desde Haslital con amor

Los comienzos son duros, pero de alguna manera se debe de comenzar. Es cierto, vivo en la región de Haslital y todavía no he visto a Heidi, pero casi. De la música suiza sé bien poco. Sólo sé que ponen en Radio BEO los sábados por la mañana música típica de aquí, yodel, el yolerei que todos conocemos comunmente, con mucho acordeón y muchos juegos de voces. Si entras a un bar perdido en la montaña, es fácil escuchar esta música de hilillo de fondo. Alguna puede ser entre soporífera y catártica. Tiene su puntillo la verdad. Para comenzar este blog pensé en poner alguna "gran canción", un temazo, épico  a ser posible, pero no hay manera. Mi idea era buscar un tema muy popular en suiza llamado Alpenrose, pero me salió esta versión friki de la canción de los Pajaritos de Maria Jesús y su acordeón, pero en versión yolerei. Telita fina.




Este es el tema tan conocido que cantan los niños pequeños y grandes, viejitos y todo suizo que se precie. Habla de una flor típica de los Alpes, la rosa de los Alpes. La canción la han cantado mucha gente, grupos modernos y tal, pero dejo la versión de un rockero suizo muy popular por aquí, Polo Hofer, un fumeta de sesenta y muchos años. Todo un personaje. También tienen una espécie de Javier Krahe a la Suiza, un cantautor muy popular con mucha retranca. Pero eso lo dejamos para otro día.